lunes, 28 de julio de 2014

Leyes de Murphy... nunca fallan.

«si algo no puede ir mal, irá mal de todos modos». Así que acostumbrémonos a que:
  1. El modo más efectivo de encontrar algo, es buscar otra cosa. Así, cuando por fin encontremos la cuponera de descuentos, la promoción habrá terminado el día anterior.
  2. Siempre veremos avanzar más rápido a las filas contiguas de los cajeros del banco y el supermercado, los carriles de Tlalpan, etcétera. No importa cuántas veces nos cambiemos de lugar.
  3. Si nunca lavamos el coche, el día que lo lavemos va a llover. Pero el día que esté más sucio que nunca, el jefe va a pedirnos un ride.
  4. Las camisas limpias —sobre todo blancas— siempre serán imanes de la comida —y más si esa tarde hay junta.
  5. Las oportunidades aparecerán en el momento más inoportuno: entiéndase amor platónico, empleo de nuestros sueños, viaje todo pagado, etcétera.
  6. La mayoría de las veces llegaremos a un lugar un minuto después de la hora del cierre o el día de la semana que no se abre. En caso de que abran los 365 días, ese día se cerrará como caso excepcional.
  7. Se irá la luz justo un día antes del examen, la entrega de trabajo final, la fecha límite de recepción de documentos, el día de cierre de la convocatoria… a tiempo para que las 20 hojas que llevábamos de conclusión se pierdan en la noche de los tiempos.
  8. Cada vez que pongamos el cuerno en esta ciudad de casi 10 millones de habitantes, veremos pasar a lo lejos al mejor amigo de nuestra pareja —o a la pareja misma.
  9. No importa cuántas llaves haya en el llavero. La correcta será la última con la que intentemos abrir.
  10. El día más inesperadamente afortunado, traeremos el calzón de abuelita que nos llega hasta los muslos. Y lo más seguro es que sea rojo y de bolitas: de eso se encarga Murphy

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