Qué rápido llegó la respuesta, sin esperarla... como dice Neruda "No culpes a nadie".
Por creer que vendrías, por creer que éste lado del mundo no te vencería y por creer que las cenizas se volverían oro, es solo que eso nunca pasó, de hecho, siempre estuvo en mi imaginación; por eso, no culpo a nadie.
Por pensar que sería diferente, por todo lo que mi mente pensó que serías capaz de hacer, por creer que aún quedaba algo por qué luchar... no culpo a nadie.
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