sábado, 28 de marzo de 2009

peligrosa seducción

Era cada frase, cada palabra y cada letra las que iban retirando lentamente el aire de su alrededor, pero el atractivo olor a mentira, hacia seductora la idea de acercarme más, era un olor penetrante y predominante sobre cualquier otro que pudiera percibirse, pero encantadoramente pasional.

Esa sonrisa tan deslumbrante, capaz de alegrar el más triste de los corazones, me hipnotizó y por más que lo intentaba, era imposible dejar de verla, esa sonrisa tan peligrosamente cegadora iluminaba por completo mi vida, poco a poco mi vista se iba debilitando, hasta que un mal día, de tanto verla, quedé completamente ciego.

Esos profundos ojos, que siempre escondieron tanto, esa mirada llamativa que clavaste en mi, y que arduamente luche por mantener sobre mi, fue esa mirada enervante la que me hacia verte directamente a los ojos, con ese brillo, esa profundidad y esa falsa proyección de sentimientos, caí en su hechizo y perdí la consciencia en el mar de tus ojos, siendo ahora el naúfrago de ellos.

Ese sabor a veneno que tienen tus labios, una completa adicción, un gusto degenerativo, y una enfermedad terminal, un sabor amargo pero que produce una sensación cálida mientras lentamente te va debilitando hasta que al fin, caes sin darte cuenta, a lo que siempre estuvo debajo de tus pies.

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