viernes, 28 de marzo de 2014

Nunca, pero nunca, te enamores de mi… ¡hazme caso!


No te enamores de mi, por favor, no lo hagas… no te enamores de mis sueños, ni mis deseos, ni de lo que quiero ser. No te enamores de mi sonrisa, ni de mis labios, ni de mis ganas de besarte. No te enamores de mi familia, ni de mis amigos.
Nunca pero nunca te enamores de mi piel, ni de mi trabajo, ni de mi rutina. No te enamores de mis chistes malos, ni de las formas que encuentro para hacerte sonreír. Nunca te enamores de mis bromas, ni de mis curiosidades, ni de mis preguntas sin sentido.
No te enamores de mis viajes, ni de mis lunares. No te enamores de mis ojos, de mi cara, de mis pestañas; tampoco de mi bondad o de mis malos ratos, no te enamores de cuando trato a la gente bien o de cuando no lo hago. No te enamores de mis lugares favoritos, ni de la comida que más me gusta, ni de la forma en la que duermo, ni de la forma en la que hablo, ni de la forma en la que escribo y, por favor, no se te ocurra enamorarte de mi deseo incontrolable de verte y estar contigo todos los días.
No te enamores de mis canciones favoritas, ni de mis libros, ni del café. No te enamores de mi perfume, ni de mis besos, ni de mis abrazos, ni de mis secretos, ni de la complicidad que tengo contigo y sólo contigo.
Nunca, pero nunca, te enamores de mi… ¡hazme caso!
Enamórate DE TI
Enamórate de tus sueños, de tus deseos, de lo que quieres ser. Enamórate de tu sonrisa, de tus labios, de tus ganas de besarme. De tu familia y de tus amigos.
Enamórate de tu piel, de tu trabajo, de tu rutina. Enamórate de tus chistes malos y de las formas en que encuentras para hacerme sonreír. Enamórate de tus bromas, de tus curiosidades, de tus preguntas sin sentido.
Enamórate de tus viajes, de tus lunares. Enamórate de tus ojos, tu cara, tus pestañas, de tu bondad y de tus malos ratos, enamórate de cuando tratas a la gente bien y también de cuando no lo haces. Enamórate de tus lugares favoritos, de la comida que más te gusta, de la forma en la que duermes, de la forma en la que hablas, de la forma en la que escribes y por favor, enamórate de tu deseo incontrolable de verme y estar conmigo todos los días.
Enamórate de tus canciones favoritas, de tus libros, del café. Enamórate de tu perfume, de tus besos, de tus abrazos, de tus secretos, de la complicidad que tienes conmigo y sólo conmigo.
Y cuando te hayas enamorado completamente de ti, si quieres, ahora hazlo de mí. El amor es algo que no entiende de mitades, todos estamos perfectamente completos en un principio. Primero hazlo de ti y, si quieres, luego de mi.

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